
El arte perdido de la conversación: una habilidad empresarial que no deberíamos descuidar
Vivimos en una era marcada por la velocidad, la digitalización y la eficiencia. Correos, mensajes instantáneos, videollamadas: todo avanza con urgencia y a menudo lo más directo parece lo más eficaz. Pero en ese impulso por “hacer rápido”, hemos ido sacrificando algo fundamental: el arte de conversar con profundidad.
Ese arte no es un lujo ni una habilidad secundaria: es un pilar espiritual de las relaciones humanas, y también del éxito empresarial.
El avance tecnológico ha abierto oportunidades maravillosas: nos conecta de forma instantánea, permite trabajo remoto y agiliza procesos. Pero también ha traído una “economía del mensaje corto”, en la que la comunicación se convierte muchas veces en una transacción: “¿Qué necesitas? — Aquí lo tienes — Gracias”.
El problema es que cuando todo se reduce a lo funcional, perdemos riqueza. No construimos relaciones profundas, no comprendemos el contexto detrás de las palabras, ni fomentamos lazos de confianza.
Cuando solo conversamos para “intercambiar información”, se pierden oportunidades de generar empatía, clarificar expectativas, explorar significado y fortalecer conexión humana.
¿Por qué la conversación auténtica se está deteriorando?
Algunas causas clave:
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Prioridad a la eficiencia sobre la relación
En nombre del tiempo, muchos prefieren escribir un mensaje rápido que detenerse a tener una conversación más extensa. -
Comunicaciones digitales dominantes
Herramientas como correo electrónico, Slack o Zoom nos mantiene conectados, pero reducen la riqueza del lenguaje no verbal, de las pausas y del intercambio fluido cara a cara. -
Falta de hábito o entrenamiento
Para muchos profesionales, conversar con presencia y curiosidad no es algo que se practique; nacen con el “modo transaccional” activado. -
Miedo o resistencia a lo vulnerable
Conversar implica abrirse: admitir dudas, escuchar ideas distintas o aceptar que no se tiene todas las respuestas. En culturas corporativas donde la vulnerabilidad se percibe como debilidad, muchos eligen el silencio o la superficialidad. -
Choque generacional en estilos comunicativos
Las generaciones más jóvenes pueden sentirse menos cómodas con interacciones presenciales intensas, mientras que las generaciones mayores afrontan la transición a un mundo digital con menos espacio para las conversaciones tradicionales.
Cuando rescatas la conversación auténtica como herramienta habitual, suceden transformaciones poderosas:
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Se construyen relaciones más profundas con colegas, clientes y colaboradores.
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Se genera confianza: saber que tu voz es escuchada y que no solo se busca “lo urgente”.
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Las ideas se nutren porque surgen matices, preguntas, exploraciones que no aparecen en mensajes breves.
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La retroalimentación se vuelve más viva, más directa pero cuidadosa, y más efectiva.
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La cultura organizacional se refuerza cuando las personas sienten que hay espacio para expresarse.
¿Cómo cultivar conversaciones más profundas en tu empresa?
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Restablecer momentos presenciales intencionales
Transformar ese mensaje que “puede ser un correo” en una conversación cara a cara cuando el tema lo amerite. Aunque no pueda ser siempre, hacerlo al inicio de relaciones nuevas o en crisis complejas fortalece vínculos. -
Prepararte para conectar
No necesitas improvisar siempre. Tener “anzuelos de conversación”: temas de cultura, deportes, noticias locales, proyectos personales. Lanzas una pregunta, ves si despierta interés, cambias el rumbo si no. -
Entrar con intención positiva
Antes de una conversación difícil, asumir que el otro no es el enemigo, que ambos buscan un bien común. Esto permea el tono, relaja tensiones y abre espacio para diálogo constructivo. -
Ser receptivo, curioso y flexible
No imponer el guion de la conversación. Escuchar activamente, permitir silencios, hacer preguntas genuinas, y adaptarse al flujo. En el artículo se menciona una iniciativa que llama “conversaciones valientes” como práctica interna para desarrollar esta actitud. -
Retroalimentación abierta y efectiva
Usar la conversación para dar y recibir feedback honesto. No como crítica destructiva, sino como oportunidad de crecimiento. -
Crear espacios informales de diálogo
Un café, un paseo, un break compartido sin pantallas, donde las conversaciones fluyan más allá de la agenda. -
Capacitación continua en habilidades conversacionales
Conversar con propósito no es innato: se entrena. Talleres de comunicación, escucha activa, empatía, manejo de conflictos conversacionales fortalecen la cultura del diálogo.

Microestrés: el desgaste silencioso de los líderes
En la actualidad, ser líder implica mucho más que dirigir equipos o alcanzar metas. Requiere mantener claridad mental, empatía, y capacidad de respuesta constante en entornos que cambian a gran velocidad. Sin embargo, en medio de esta exigencia continua, muchos líderes enfrentan un enemigo casi invisible: el microestrés, una forma silenciosa de desgaste que, poco a poco, erosiona su bienestar, su enfoque y su energía.
El microestrés no se presenta como una gran crisis ni como un problema evidente. Es, más bien, una acumulación de pequeñas tensiones que se infiltran en el día a día:
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un correo con tono pasivo-agresivo,
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una reunión innecesaria que interrumpe la concentración,
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un cambio de última hora en una presentación,
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una demanda urgente que nadie pidió con claridad,
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o la constante sensación de tener que “responder” sin descanso.
Cada uno de estos episodios, por sí solo, parece insignificante. Pero al repetirse constantemente, generan una carga emocional y mental que agota silenciosamente. El problema no es su intensidad, sino su frecuencia y acumulación.
¿Cómo actúa el microestrés en el cerebro y las emociones?
El cuerpo no distingue entre una gran amenaza y una serie de microtensiones. Cada pequeña dosis activa el sistema de alerta y libera cortisol, la hormona del estrés. Cuando esto ocurre repetidamente, el organismo no alcanza a recuperarse del todo.
El resultado:
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Fatiga constante aunque se haya dormido bien.
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Irritabilidad o impaciencia sin causa aparente.
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Disminución en la capacidad de concentración.
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Pérdida del disfrute o del sentido de propósito.
En el caso de los líderes, este desgaste se multiplica, porque además de lidiar con su propio microestrés, absorben el de sus equipos, sus clientes y la organización en general.
Los líderes suelen estar expuestos a más fuentes de microestrés que el resto del equipo, por ejemplo:
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Visibilidad constante:
Cada palabra o decisión se analiza, comenta o cuestiona. La sensación de estar “en vitrina” eleva la carga emocional. -
Expectativas cruzadas:
Deben cumplir metas, mantener la moral del equipo, gestionar conflictos, rendir cuentas a sus superiores… todo al mismo tiempo. -
Sobrecarga cognitiva:
Saltar de una reunión a otra sin tiempo de recuperación mental genera fatiga acumulada. -
Aislamiento emocional:
Muchos líderes sienten que no pueden mostrar vulnerabilidad, lo que los lleva a ocultar su cansancio y a no pedir apoyo a tiempo.
El microestrés, en este contexto, se convierte en una especie de ruido de fondo que desgasta sin notarse… hasta que el cuerpo o la mente dicen basta.
Señales de alerta: ¿Cómo identificar el microestrés?
Reconocerlo es el primer paso para combatirlo. Algunas señales comunes incluyen:
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Sentirse constantemente acelerado o “en modo respuesta”.
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Dificultad para desconectarse del trabajo, incluso en los momentos de descanso.
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Cambios de humor sin razón aparente.
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Tendencia a olvidar cosas simples o postergar decisiones pequeñas.
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Falta de motivación por actividades que antes generaban entusiasmo.
El microestrés no puede eliminarse por completo, pero sí puede gestionarse con consciencia. Aquí algunas estrategias efectivas:
1. Detenerse y reconocerlo
Ponerle nombre a lo que ocurre es el primer paso. No todo cansancio es físico ni toda frustración proviene de grandes problemas. A veces, son las pequeñas fricciones diarias las que más drenan energía.
2. Practicar la desconexión consciente
Tomarse pausas breves entre reuniones, dar caminatas sin el teléfono o simplemente respirar profundamente durante un minuto puede resetear el sistema nervioso.
3. Redefinir la comunicación
Muchos microestreses nacen de la ambigüedad: tareas mal explicadas, mensajes vagos, expectativas poco claras. Fomentar una comunicación directa y empática reduce tensiones innecesarias.
4. Delegar sin culpa
Confiar en el equipo no solo es estratégico, también es saludable. Delegar libera espacio mental y fomenta autonomía en los demás.
5. Construir rituales de bienestar
El bienestar no ocurre por accidente. Programar espacios para el descanso, el movimiento físico y la reflexión es una inversión, no un lujo.
6. Fomentar una cultura que permita hablar del cansancio
Las empresas que normalizan el diálogo sobre el estrés y la carga mental no son débiles: son sostenibles. El liderazgo saludable se contagia.
El microestrés nos recuerda que el liderazgo moderno ya no se mide solo por resultados, sino por cómo se llega a ellos. La fortaleza hoy no radica en resistir sin parar, sino en saber cuándo detenerse, delegar y cuidar la energía.
Liderar en el siglo XXI implica desarrollar inteligencia emocional, autoconsciencia y empatía. Los líderes que aprenden a gestionar el microestrés no solo preservan su salud mental, sino que inspiran equipos más equilibrados, creativos y comprometidos.
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¿Cómo hacer preguntas verdaderamente poderosas como líder?
A medida que avanzas en tu carrera, tu valor deja de medirse por lo que haces y comienza a medirse por lo que logran las personas a tu cargo. En ese cambio, las preguntas que formulas se vuelven herramientas estratégicas: abren perspectivas, generan responsabilidad y crean espacios para que las mejores soluciones emerjan del equipo.
Las respuestas suelen ser un resultado directo de un contexto: herramientas, procesos, ejecución. Las preguntas, en cambio, moldean el contexto. Una pregunta bien planteada:
- Revela información relevante en entornos complejos.
- Enfoca la atención del equipo en lo que realmente importa.
- Empodera a otros para pensar y actuar con autonomía.
- Construye confianza cuando se percibe interés genuino.
Los 5 ingredientes de una pregunta poderosa
- Genuina curiosidad
Evita las preguntas con intención oculta o condescendencia. Una buena pregunta nace del “quiero entender” y no del “te voy a mostrar que estabas equivocado”. - Abierta, no cerrada
Prefiere interrogantes que inviten a explicar y explorar (qué, cómo, cuál) en lugar de preguntas que sólo pedirían “sí/no”. Las abiertas permiten matices y aprendizaje. - Formulada de manera alentadora
Elige palabras que reduzcan defensas. En vez de “¿por qué hiciste esto?”, prueba “¿qué criterios consideraste para tomar esta decisión?” o “¿qué fue lo más importante para ti en esa elección?”. - Profundidad sobre amplitud
Mejor una buena pregunta que genere múltiples ángulos sobre un tema clave, que muchas preguntas superficiales sobre muchos temas. Profundizar produce entendimiento accionable. - Concisa
Mantén la pregunta breve. Evita “preguntas apiladas” o largas explicaciones antes de preguntar. Haz la pregunta y guarda silencio para escuchar.
Cómo practicarlo (3 pasos prácticos)
- Preparar: Antes de una reunión, identifica el objetivo principal y escribe 1 a 2 preguntas abiertas que busquen claridad o impulso sobre ese objetivo.
- Preguntar: Formula la pregunta con curiosidad y sin tono acusatorio. Manténla corta.
- Escuchar: Deja espacio, no rellenes el silencio y muestra que escuchas con preguntas de seguimiento que profundicen (eje, “¿qué te hace decir eso?”).
Ejemplos de preguntas poderosas para líderes
- “¿Qué fue lo más importante que aprendiste en este proyecto?”
- “¿Cuál es la mayor barrera que te impide avanzar y cómo podríamos reducirla?”
- “¿Qué opciones consideraste y por qué descartaste las otras?”
- “¿Qué resultado esperamos dentro de 30 días y qué pasos concretos lo acercan?”
- “¿Qué apoyo necesitarías de mí para que esto funcione?”
Errores comunes y cómo evitarlos
- Usar preguntas como ataque: no las disfraces de críticas.
- Apilar preguntas: pregunta y espera la respuesta. Luego haz la siguiente.
- Preguntar sin escuchar: la calidad de la pregunta se demuestra en la atención que le sigues.
- Preferir “por qué” para justificar: cambia “por qué” por “qué” o “cómo” cuando busques comprensión y no culpabilidad.
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¿Quieres mejorar como líder? Esta técnica de retroalimentación puede marcar la diferencia
En tu camino profesional —y más si estás estudiando una licenciatura o una maestría en el área administrativa— aprender a liderar equipos de forma efectiva es clave. No solo se trata de dirigir; también necesitas saber escuchar, guiar y construir un ambiente de crecimiento. Y aquí es donde entra una herramienta poderosa que deberías dominar desde ahora: la técnica de retroalimentación Start-Stop-Continue.
¿De qué se trata? Muy sencillo: es un método que te ayuda a recibir (y dar) retroalimentación de forma clara, objetiva y constructiva. En lugar de comentarios vagos o críticas que generan resistencia, esta técnica organiza la conversación en tres partes:
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Start (Comienza a hacer): ¿Qué deberías empezar a hacer para ser un mejor líder o mejorar tus resultados?
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Stop (Deja de hacer): ¿Qué conductas o prácticas deberías dejar atrás porque no están aportando?
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Continue (Sigue haciendo): ¿Qué cosas estás haciendo bien y debes mantener?
Aplicar esta técnica desde tu etapa universitaria te puede dar una gran ventaja. ¿Por qué? Porque desarrollarás una mentalidad abierta a la mejora continua, algo que las empresas valoran muchísimo en líderes jóvenes y gerentes en formación.
Además, practicar Start-Stop-Continue te enseña a construir relaciones de confianza con tus equipos. No se trata solo de corregir errores: se trata de inspirar, motivar y hacer crecer a las personas que trabajan contigo.
Piensa en esto: si hoy comienzas a dominar habilidades de retroalimentación efectiva, mañana estarás mejor preparado para liderar proyectos, equipos y organizaciones de alto impacto.
Aquí, en UTH Florida University, no solo te damos el conocimiento técnico en administración, negocios o finanzas: también te impulsamos a desarrollar habilidades humanas esenciales para el liderazgo moderno. Técnicas como esta son parte del futuro del management… y tú puedes empezar a aplicarlas desde hoy.
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¿Cómo una cultura negativa puede dañar tu empresa y qué hacer al respecto?
La cultura organizacional es un pilar fundamental en el éxito de cualquier empresa. Sin embargo, cuando se desarrolla un ambiente laboral tóxico, los efectos pueden ser devastadores. Este problema no aparece de la noche a la mañana; se va instalando poco a poco, afectando el bienestar del equipo y su rendimiento.
Si no se detecta y corrige a tiempo, una cultura negativa puede provocar la pérdida de talento, disminución en la productividad y conflictos internos. Es esencial identificar los signos a tiempo y actuar de inmediato para revertir la situación.
A continuación, te presentamos cinco señales de que tu empresa puede estar sufriendo una cultura tóxica y qué puedes hacer para solucionarlo.
- La toxicidad puede ser sutil al comienzo
Muchas veces, se piensa que un entorno tóxico se manifiesta con conflictos abiertos y discusiones constantes. Sin embargo, en la mayoría de los casos, comienza con señales más discretas: comentarios pasivo-agresivos, falta de inclusión en decisiones, poca comunicación y un ambiente de desconfianza general.
Si notas una disminución en la cooperación, retrasos en proyectos o un aumento en el ausentismo, es momento de analizar qué está ocurriendo en la cultura interna de la empresa.
- El liderazgo define el clima organizacional
Una empresa no desarrolla su cultura de manera espontánea. Los líderes juegan un papel clave en establecer el tono y fomentar un ambiente laboral saludable.
Es fundamental que los líderes actúen con coherencia, sean transparentes y fomenten un entorno donde los colaboradores se sientan valorados. Si los líderes no reflejan los valores de la empresa, el equipo lo notará y la cultura se verá afectada.
Para evitar esto, es recomendable realizar reuniones periódicas con los empleados, escuchar sus inquietudes y aplicar mejoras basadas en su retroalimentación.
- Un ambiente negativo provoca la pérdida de talento
Uno de los impactos más serios de una cultura organizacional dañina es la fuga de talento. Cuando el entorno laboral es hostil, la creatividad, la motivación y el sentido de pertenencia disminuyen drásticamente.
Para evitar la rotación de empleados, es clave garantizar que los colaboradores se sientan apreciados, tengan oportunidades de desarrollo y trabajen en un espacio donde puedan expresarse sin miedo. Un ambiente laboral positivo favorece la retención del talento y el crecimiento del equipo.
- Ignorar los problemas no los hará desaparecer
Cuando aparecen signos de toxicidad en la empresa, ignorarlos solo agravará la situación. Es esencial tomar medidas rápidas y efectivas para abordar estos problemas antes de que se intensifiquen.
Si hay problemas de comunicación, conflictos entre equipos o actitudes que atentan contra la cultura organizacional, se deben implementar políticas claras y medidas correctivas para erradicarlos y evitar que se propaguen.
- La cultura organizacional requiere mantenimiento
La cultura de una empresa no es estática; evoluciona con el tiempo y necesita ajustes constantes. Evaluar periódicamente el ambiente laboral, escuchar a los empleados y asegurarse de que la empresa sigue alineada con sus valores es clave para mantener un entorno positivo.
Cómo crear y mantener una cultura empresarial saludable
- Contrata por valores, no solo por habilidades: Asegúrate de que los nuevos integrantes del equipo encajen con la cultura de la empresa para evitar conflictos y mejorar la cohesión del grupo.
- Fomenta la comunicación y la retroalimentación: Un ambiente donde los empleados puedan expresar sus ideas y preocupaciones ayuda a detectar y solucionar problemas antes de que escalen. Las reuniones regulares y canales abiertos de comunicación son esenciales.
- Reconoce y valora el esfuerzo del equipo: No basta con evitar lo negativo; también es importante reforzar lo positivo. Celebrar los logros y reconocer el esfuerzo de los empleados fortalece la moral y la motivación.
Construir y mantener una cultura organizacional sólida es una inversión en el éxito y la sostenibilidad de la empresa. Detectar y corregir los problemas a tiempo asegurará una organización saludable y en constante evolución.
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¿Cómo convertirse en un emprendedor resiliente en 4 pasos?
Iniciar un negocio es como correr una carrera de obstáculos: llena de desafíos, caídas y momentos de incertidumbre. Sin embargo, los emprendedores exitosos han demostrado que la clave para superar estos retos es la resiliencia. En un mundo marcado por la inteligencia artificial, la inflación y la inestabilidad económica, la capacidad de adaptarse y seguir adelante se convierte en un diferenciador crucial.
Según una encuesta de SAS, el 97 % de los ejecutivos considera que la resiliencia es importante, pero solo el 25 % cree liderar una organización altamente resistente. Aunque algunos pueden tener una predisposición natural hacia la resiliencia, este rasgo se puede desarrollar y fortalecer. A continuación, te compartimos cuatro pasos esenciales para convertirte en un emprendedor resiliente.
- Persiste, persiste, persiste
Tener una idea brillante es solo el comienzo. La verdadera diferencia está en la ejecución y en la capacidad de mantenerse firme a pesar de los obstáculos. Muchas veces, las dudas y el miedo al fracaso pueden frenar el progreso, pero la resiliencia se construye al enfrentar estos pensamientos y seguir adelante de todas formas.
Concéntrate en los pequeños pasos que puedes dar para alcanzar tus objetivos. Cada desafío superado fortalece tu capacidad para enfrentar futuras adversidades.
- Re enmarcar desafíos
Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio analizó 350 procesos de toma de decisiones y descubrió que más de la mitad fracasó por no considerar diferentes perspectivas. Re enmarcar un desafío implica verlo como una oportunidad de crecimiento en lugar de un obstáculo.
Cuando te enfrentes a una dificultad, cambia tu enfoque. En lugar de preguntar «¿Por qué me está pasando esto?», pregúntate «¿Qué puedo aprender de esta situación?». Esta mentalidad de crecimiento te ayudará a fortalecer tu capacidad de resolución de problemas y mejorar tu inteligencia emocional.
- Mantén la curiosidad sobre ti mismo
Comprender tu estilo de liderazgo, tus valores y tus preferencias te permitirá alinear mejor tus acciones con tu visión y misiones. La autoconciencia no solo mejora la capacidad de responder a las necesidades del mercado, sino que también facilita la adaptación ante los cambios.
Pregúntate: ¿Cómo manejas el estrés? ¿Cómo enfrentas los desafíos? La respuesta a estas preguntas te permitirá mejorar tus habilidades y desarrollar estrategias para afrontar la adversidad con confianza.
- No «sigas adelante» solo
La resiliencia no significa enfrentar todo en solitario. Contar con una red de apoyo, ya sea un mentor, colegas o amigos, puede marcar una gran diferencia. Tener a alguien con quien compartir ideas, recibir retroalimentación y encontrar motivación es fundamental para mantenerse en el camino.
A medida que tu negocio crezca, también lo hará tu red de contactos. Aprovecha estas conexiones para fortalecer tu capacidad de adaptación y tomar decisiones informadas.
Los desafíos siempre estarán presentes en el camino del emprendimiento, pero desarrollar la resiliencia te permitirá afrontarlos con determinación y confianza. Mantente fiel a tus valores y visión, rodéate de personas que te apoyen y sigue adelante con perseverancia. Con estas herramientas, el éxito estará a tu alcance.
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¿Cómo alinear tu estilo de liderazgo a tus valores?
Alinear tu estilo de gestión con tus valores es fundamental. Si no lo haces, corres el riesgo de parecer falso y poco auténtico ante tu equipo.
Para lograr una verdadera alineación, primero necesitas identificar tus valores fundamentales. Estos pueden incluir honestidad, integridad, compromiso, respeto, confianza y comunicación.
Los valores fundamentales no solo guían tus decisiones personales, sino también impactan en la cultura de la organización que lideras. Si los valores de la empresa establecen ciertos principios, pero los líderes actúan de manera opuesta, los empleados notarán la desalineación y podría generar desconfianza.
¿Cuál es tu estilo de liderazgo?
El siguiente paso es identificar tu estilo de liderazgo. Existen ocho tipos principales:
- Autocrático: Controla y micro gestiona, centrado en resultados y eficiencia.
- Carismático: Enfocado en la motivación, el compromiso y la construcción de relaciones.
- Democrático: Promueve la colaboración, la creatividad y el trabajo en equipo.
- Laissez-faire: Confía en su equipo, fomenta la autonomía e innovación.
- Coaching: Actúa como mentor, ayuda al desarrollo y crecimiento del equipo.
- Marcador de ritmo: Establece altos estándares y busca la máxima productividad.
- Burocrático: Se basa en reglas y jerarquía, con menos enfoque en la creatividad.
- Transaccional: Motiva con recompensas y disciplina basada en el desempeño.
Alinea tus valores con tu estilo de liderazgo
- Declara tus intenciones
Define formalmente tus valores y propósito en una declaración escrita. Comparte estos principios con tu equipo para crear transparencia y compromiso mutuo.
- Actúa con consistencia
Filtra tus decisiones a través de la lente de tus valores. Si notas una desalineación, ajústala y comunica abiertamente cómo estás trabajando para mejorar.
- Busca retroalimentación
Fomenta un entorno donde los comentarios honestos sean bienvenidos. Pregunta a tu equipo cómo perciben tu liderazgo y esté dispuesto a ajustar tu enfoque en función de sus aportes.
Comprender y alinear tus valores con tu estilo de liderazgo requiere tiempo y práctica. Mantente abierto a la retroalimentación y a la evolución constante para fortalecer tu autenticidad y guiar con el ejemplo.
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3 hábitos que todo líder debe tener
Muchos CEOs no empiezan siendo expertos en liderazgo; en realidad, la mayoría comienza como emprendedores apasionados con una gran idea. Pero a medida que sus empresas crecen, también lo hacen sus responsabilidades: gestionar equipos, cubrir nóminas y tomar decisiones estratégicas. Pasar de perseguir un sueño a ser responsable del bienestar de un equipo es un reto enorme.
Liderar en tiempos de crecimiento requiere un sistema personal. Como en un avión, donde primero debes ponerte tu propia máscara de oxígeno antes de ayudar a otros, un CEO necesita priorizar su bienestar. Si un líder vive en el caos, su empresa reflejará lo mismo. En cambio, cuando una persona prospera a nivel personal, puede construir una cultura organizacional sólida y sostenible.
Según Daniel Marcos, creador del sistema CEO Management System, todo líder debe construir un sistema personal que le permita:
- Operar con una mentalidad superior.
- Liderar a tu equipo de manera efectiva.
- Integrar el trabajo y vida sin problemas.
Estos pilares son clave para aumentar tu impacto sin caer en el caos. Ser CEO no es solo dirigir una empresa, sino vivir con propósito y dejar huella en el mundo.
Te compartimos 3 hábitos que según Marcos debes tener en tu radar si deseas liderar como un CEO de las grandes ligas.
- La rutina te hará libre:
Tener una rutina matutina es clave para reducir el estrés, la incertidumbre y el caos del día a día. Un inicio disciplinado fortalece la resiliencia, la concentración y la claridad mental.
¿Has escuchado acerca del Club de las 5 a.m.inspirado por Robin Sharma? Trata cada mañana de levantarte a esa hora y empieza con una caminata rápida o 45 minutos en la caminadora mientras miras un curso para expandir tu mente. Luego, disfruta de una taza de café o tu bebida favorita. Continua con una meditación de 5 a 10 minutos. Para las 7 de la mañana, ya abras invertido dos horas en tu bienestar y estarás listo para empezar el día con tu familia y equipo.
2. El marco de los 25 años:
Toda organización con impacto real tiene un Propósito Masivo Transformador (PMT), una visión a largo plazo que impulsa su crecimiento y mantiene a sus líderes enfocados y resilientes.
Pensar en un horizonte de 25 años (o 100 trimestres) te ayuda a desarrollar paciencia y claridad para enfocarte en metas sostenibles y de gran impacto. Muchas veces sobreestimamos lo que podemos lograr en un solo año, pero subestimamos lo que es posible en varias décadas.
3. Diseña avances personales:
Para liderar de manera efectiva, es clave mejorar constantemente a nivel personal. Esto se logra desarrollando compromiso, valentía, habilidades y confianza.
Si aplicas estas prácticas en tu vida, notarás un cambio significativo en tu forma de liderar y en los resultados de tus proyectos. Invertir en tu crecimiento personal genera un impacto exponencial, no solo para ti, sino también para tu equipo y organización.
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¿Cómo aprovechar tu perfil de diseño humano para una comunicación efectiva y el éxito empresarial?
Comprender tu perfil de diseño humano puede mejorar la comunicación, el liderazgo y el crecimiento empresarial al aprovechar tus fortalezas únicas. Esta evaluación personal es una herramienta poderosa que te permite entenderte mejor y optimizar tu impacto en el mundo de los negocios.
El impacto del diseño humano en los negocios
En el diseño humano, el «perfil» ofrece información sobre las fortalezas y debilidades de la personalidad de cada individuo. Esto influye en la forma en que nos comunicamos, percibimos el mundo y proyectamos nuestras cualidades distintivas.
Cada perfil tiene dos números asociados, entre 1 y 6, que reflejan temas esenciales de la personalidad. Se puede considerar como un faro que ilumina el camino y atrae a otros hacia nuestro ecosistema empresarial. Comprender y utilizar tu perfil de diseño humano puede ayudarte a mejorar tu comunicación, promocionarte con autenticidad y fortalecer tu marca personal.
A continuación, exploramos cada una de las seis líneas del diseño humano y cómo aprovecharlas en el marketing, las ventas y el diseño de estrategias empresariales.
Línea de diseño humano 1: El Investigador
- Investigas con profundidad.
- Ves las cosas en blanco y negro.
- Apoyas en la construcción de una base sólida.
- Eres un experto en la materia.
- Prefieres tener demasiada información que insuficiente.
Fortalezas: Autoridad en tu campo, transmites confianza a través de la investigación y el conocimiento detallado. Ayudas a construir bases sólidas en cualquier estructura de negocio.
Pregunta clave: ¿Qué elementos faltan en esta base para allanar el camino hacia el crecimiento futuro?
Línea de diseño humano 2: El Natural
- Eres selectivo sobre quién entra en tu mundo.
- No necesitas explicar tu proceso.
- Tu trabajo genera transformaciones rápidas.
- Estás aquí para ayudar a evolucionar.
- Tu enfoque impulsa el crecimiento.
Fortalezas: Catalizador de cambios y crecimiento, brindas soluciones innovadoras sin necesidad de explicaciones extensas. Ayudas a los equipos a avanzar rápidamente.
Pregunta clave: ¿Qué tiene que pasar para crear crecimiento?
Línea de diseño humano 3: El Experimentador
- Experimentas constantemente.
- Has probado muchas estrategias y puedes evitar errores costosos.
- Identificas rápidamente lo que no está funcionando.
- No sigues un plan si sabes que no funcionará.
- Puedes ahorrar tiempo, dinero y recursos a los clientes.
Fortalezas: Estratega innato, optimizas procesos y reduces riesgos. Eres clave para identificar mejoras y eficiencias en los negocios.
Pregunta clave: ¿Qué falta en este plan que podría necesitar atención?
Línea de diseño humano 4: El Conector
- Escuchas activamente.
- Influyes porque conoces las necesidades de la gente.
- Tienes creencias y valores firmes.
- Tu red se beneficia de tus conexiones.
- Eres excelente reuniendo a la gente.
Fortalezas: Comunicador influyente, construyes relaciones sólidas y creas movimientos empresariales a través de tu red de contactos.
Pregunta clave: ¿Qué necesita la gente para poder incorporar las iniciativas empresariales?
Línea de diseño humano 5: El Visionario
- Rompes con lo convencional y muestras nuevas formas de hacer las cosas.
- Tus valores son innegociables.
- Ayudas a elevar la percepción de la realidad.
- Si alguien está atascado, le muestras un nuevo camino.
- Tu enfoque puede parecer adelantado a su tiempo.
Fortalezas: Innovador y disruptivo, aportas soluciones fuera de lo común para ayudar a las empresas a salir de estancamientos y crisis.
Pregunta clave: ¿Cómo va a sobrevivir la empresa a esta crisis?
Línea de diseño humano 6: El Sabio
- Aportas consejo en decisiones importantes.
- Tienes una perspectiva amplia.
- Tu asesoramiento es confiable.
- Analizas tendencias y ofreces dirección estratégica.
- Apoyas con un pensamiento global.
Fortalezas: Líder con una visión objetiva, ofreces soluciones bien fundamentadas y ayudas a tomar decisiones acertadas en momentos clave.
Pregunta clave: ¿Cómo se puede resolver esto para que todas las partes involucradas se sientan vistas?
Conocer y aplicar tu perfil de diseño humano puede transformar la manera en que te comunicas, lideras y diriges tu negocio. Cada línea tiene un lenguaje único que puedes utilizar para atraer clientes, fortalecer tu marca y potenciar las ventas.
Al identificar tu perfil y comprender cómo influye en tu entorno, puedes desarrollar una comunicación más efectiva y alineada con tus fortalezas, lo que te permitirá alcanzar el éxito empresarial con autenticidad y confianza.
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8 Errores que debes evitar cuando estés negociando
Las negociaciones a menudo se sienten como un acto de equilibrio: hay poco margen para cometer errores. Encontrar un punto medio que satisfaga a ambas partes mientras se construye una base para una relación a largo plazo no siempre es sencillo. Sin embargo, muchos profesionales caen en trampas comunes durante este proceso. En lugar de avanzar, a menudo adoptan patrones que pueden perjudicar a todos los involucrados.
Para ayudarte a manejar las negociaciones de manera más efectiva, hemos recopilado las ideas de destacados expertos en ventas sobre los errores que debes evitar.
- No hacer las preguntas correctas: No hacer las preguntas adecuadas durante las negociaciones es una oportunidad perdida. Por ejemplo, si un prospecto piensa que tu precio es demasiado alto, pregúntale con qué lo está comparando. Esto te ayudará a descubrir su proceso de investigación, prioridades y conocimiento del mercado. Entender su perspectiva te permite comunicar mejor tu valor, diferenciar tu marca y avanzar productivamente en la conversación.
- Escuchar sin comprender: No escuchar activamente puede conducir a malos resultados. Si te concentras demasiado en tu propia agenda, será difícil entender realmente el punto de vista de la otra parte.Escuchar te permite generar ideas de manera colaborativa y construir un proceso de negociación más fluido.
- Fijarse únicamente en el precio: Aunque el precio es importante, aspectos como los términos de pago, servicios adicionales o beneficios a largo plazo pueden tener incluso más peso. Ampliar la perspectiva suele conducir a mejores resultados para todos.
- Asumir en lugar de entender: Hacer suposiciones es un gran error en las negociaciones. En cambio, profundiza para descubrir sus verdaderas motivaciones. Esto fortalece tu credibilidad y te permite negociar eficazmente en los puntos clave.
- Falta de preparación: Entrar a una negociación sin preparación es una receta para el fracaso. Conoce tus objetivos, comprende las necesidades de la otra parte y define cómo luce el éxito.
- Descuidar las relaciones: La negociación no se trata solo de números, sino de entender las necesidades de la otra parte y alinear intereses. Las relaciones fuertes suelen abrir oportunidades futuras.
- Dejarse llevar por las emociones: las emociones pueden descarrilar las negociaciones. El ego o el enojo pueden nublar tu juicio. Una contraoferta difícil puede provocar una reacción impulsiva que te haga rechazar un acuerdo beneficioso. Mantén la calma y concentrate en tus objetivos te asegurará abordar una discusión estratégicamente.
- Ignorar las dinámicas emocionales: Ignorar las emociones puede generar desconfianza y tensión. Reconocer y abordar los sentimientos de todas las partes genera confianza y lleva a soluciones que satisfacen a todos. Las emociones a menudo impulsan las decisiones, por lo que reconocerlas puede mejorar los resultados.
La negociación es tanto un arte como una ciencia. Al evitar estos ocho errores comunes, sentarás las bases para conversaciones más productivas, fortalecerás las relaciones profesionales y lograrás resultados que beneficien a todas las partes involucradas.
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